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Migrações Forçadas, resistências e perspectivas: américa central, México e estados unidos (2016-2020)
(ISBN: 978-65-86255-52-2)
Érica Sarmiento  | 
Páginas:  162
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El texto “Migrações forçadas, resistências e perspectivas: América Central, México e Estado Unidos (2016-2020)” hace un profundo y dramático recuento de los desarrollos históricos más adversos de los últimos años en relación con la migración irregular, abordando primeramente el tema como una crisis global; seguidamente como una crisis regional en América Latina, particularmente en Centroamérica, México, y los Estados Unidos; y finalmente como una crisis humanitaria de gran envergadura. Las cifras son sin duda escalofriantes y las narrativas de las condiciones de distintos grupos de migrantes, como las mujeres y los menores no acompañados, son turbadoras. Hacia el verano del 2021, los números no ceden, ni tampoco las historias trágicas. Pero el libro no se limita a una narrativa que ilustra la evolución de las cifras o que describe las condiciones de la migración irregular en todo detalle. Al contrario, el texto profundiza sobre las grandes fuerzas históricas y estructurales, aunque a veces invisibles al ojo inexperto, que dan origen al fenómeno de la migración irregular. Se aborda el desarrollo de los grandes conflictos centroamericanos que nunca permitieron la consolidación del Estado; se exploran las intervenciones militares que lejos de proveer estabilidad dejan destrucción a su paso, expulsando a millones; se tocan las prácticas capitalistas salvajes enfocadas en la extracción ya sea de los recursos naturales o de la sangre y el sudor de los trabajadores de la región; se exhibe el desdén por la vida humana y los cuerpos de quienes no tienen opción que levantarse y marchar; y se hace ostensible la indolencia de las élites económicas y políticas de los países expulsores, de tránsito, y receptores de migrantes. Entre estos grandes engranes se muele la carne del migrante que sólo añora un mejor destino y se pulverizan las esperanzas de quienes ponen sus ilusiones en el movimiento. En efecto, el migrante no gana; no se puede quedar porque quedarse es la muerte; y no se puede ir porque irse es jugarse la vida.
El libro nos presenta con lo que va más allá de una crisis humanitaria o incluso política o económica. Estamos ante una crisis civilizatoria. Es una gran falla sistémica, multidimensional, y total—de esas fallas múltiples y simultáneas de las que están hecha los colapsos de las naciones. El libro reafirma esta perspectiva cuando ataja el problema desde “El Norte”—los países desarrollados como Europa y Estados Unidos, el destino de muchos de los migrantes referidos. Estas naciones se encuentran también al límite de su tolerancia por la “diversidad” que ellos mismos imponen como discurso. La multiculturalidad, argumenta la autora, nos llevó a un mundo menos tolerante, a una distopia, y no a la utopía que esta corriente prometía. O quizás los países ricos, los países del Norte, aquellos que en momento fueron al sur, no toleran que ahora sea el Sur el que toca las puertas del Norte. Ahí es donde encuentran los límites de su tolerancia. Esta es la gran paradoja que el libro encara en su narrativa.
Lo refrescante del libro es que nadie se salva de este gran drama gigantesco que nos recuerda aquella frase del griego antiguo Σκην? π?ς ? β?ος: Toda la vida es un teatro. La tragedia del Sur, por ejemplo, se encuentra con las fallas del Norte y con la falsedad de los líderes de territorios de tránsito. Así, México cedió ante las presiones de Donald Trump y detuvo, expulsó, y maltrató a migrantes, todo para evitar el castigo de Washington en la forma de aranceles al comercio. Las condiciones de la detención y el maltrato de los migrantes centroamericanos y caribeños en México es no sólo una desgracia para ellos sino un desenmascaramiento para quien presumía ser un líder compasivo y dispuesto a su defensa—López Obrador. El llamado Programa de Protección al Migrante (PPM) sólo dejó varados y una tortura diaria y lenta a miles de migrantes esparcidos por toda la frontera mexicana con Estados Unidos—amén de aquellos igualmente torturados en los centros de detención mexicanos, pero lejos del ojo del curioso. Toda la región es pues ese anfiteatro prometido en las tragedias griegas. No parece haber fin a esta crisis migratoria. Precisamente porque los migrantes saben que quedarse es la muerte segura y moverse es jugarse la vida, pues se juegan la vida. Quién quite y “la hagan.” Pero precisamente porque esta crisis es regional—global incluso—es necesario ya una respuesta regional. El problema no va a ser resuelto sin una estrategia en la que colaboren todos los gobiernos de la región para abrir el paso a los migrantes de manera ordenada y legal. No hacerlo significa que la tragedia continuará. Las políticas públicas nacionales, con el Estado-nación como bazo único de respuesta, ya no es factible. Si se insiste en esta estrategia, la muerte continuará—en esta intersección se encuentra lo que la autora llama la necropolítica de la migración actual.
Pero no quiero terminar esta reseña con una nota negativa. Con todo y los atropellos, los sufrimientos, e incluso la muerte, los migrantes no son sólo víctimas. Son personas que deciden, que toman riesgo por sus familias, que se mueven, que resisten, y que, cuando tienen éxito, se convierten en un gran ecualizador. Envían remesas a sus familias, mejorando palpablemente su condición y haciendo lo que muchos gobiernos han fallado—desencadenar un mejor futuro para sus cónyuges y sus hijos y sus países. Las remesas son hoy por hoy el programa de ayuda de país a país más grande del mundo, paradójicamente en manos de quienes uno menos espera. Los migrantes no sólo producen riqueza, sino que la distribuyen también. Al final, los migrantes demuestran que no vienen a tomar sino a dar; no vienen a quitar sino a contribuir; no vienen a dañar sino a reparar. En su cuerpo y en su mente siguen llevando lo mejor de la humanidad—la esperanza, por la cual a veces pagan hasta con su vida.
El texto, de lectura rápida y fluida, nos llevar por una serie de emociones, pero también nos invita a reflexionar que en un fenómeno como la migración van escondidas las peores pero también las mejores cosas de la vida.
Tony Payan (Universidad Autónoma de Ciudad Juárez/Rice University- Center for the U.S. and México)
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